Altimetrías

El Cabezo (Aracena), «HAC ITVR AD ASTRA».

Estado del firme:*****

Dureza:*

Volumen de tráfico:*

Consejos y sugerencias: la carretera desde el embalse de Aracena hasta el propio pueblo es una cuesta de cómodo ascenso, sólo el repecho final hasta la antena de El Cabezo cuenta con rampas serias de verdad, además de un asfalto en malas condiciones, por lo que hay que cuidarse de no perder el equilibrio.

Magníficas vistas del Cerro del Castillo (Aracena) desde la carreterilla final de El Cabezo.

Sus engalanadas callejuelas y monumental estampa, ese cálido paisaje y amable paisanaje, su rica y distinguida gastronomía encarnan todos la esencia del “por aquí se va hacia las estrellas”, lema que blasona su escudo en latín, tanto cuanto su elevada posición en el enclave geográfico de la Sierra Morena onubense. Y si, por añadidura, afirmamos que el más admirado de todos los cielos se guarda como un tesoro en las entrañas de su castillo, no podemos estar refiriéndonos más que de Aracena, la capital del “Principado de las maravillas”.

Ni que decir tiene que en las siguientes líneas os vamos a presentar uno de los accesos a la localidad que confiere su nombre a las sierras que la rodean, montañas que conforman, por su especial relevancia botánica y faunística, uno de los Parques Naturales de la provincia y destacado hábitat de una de las principales fuentes económicas de la región, el cerdo ibérico.

Primeras estribaciones del puerto tras pasar la cola del Embalse de Aracena.

Comenzamos el puerto plácidamente en el puente que desde 1970 atraviesa las aguas del Rivera de Huelva en la cola del embalse de Aracena. La dehesa, el bosque autóctono de estas sierras, predomina en esta parte del Parque Natural merced a su aprovechamiento histórico por medio de la ganadería –carne y leche-, la caza, el corcho, el carbón y la apicultura, entre otras artes. Su diversidad es, pues, su esencial fuente de riqueza y su mantenimiento, por tanto, la prioridad de sus habitantes durante siglos.

En los siguientes kilómetros disfrutaremos de un paisaje integrado por un bosque mixto con preponderancia de encinas –su bellota es el alimento básico del cerdo ibérico- sobre alcornoques, quejigos y robles melojos.

Pronto giramos a la derecha en busca de Aracena por una carretera de constante tobogán y que, desde hace muy poco, cuenta con un nuevo y flamante asfalto para nuestro disfrute.

Asfalto impecable hasta llegar al pueblo.

Transcurrirán varios kilómetros sin apenas sobresaltos hasta que llegamos a la aldea de Carboneras. La población se ubica en torno a la iglesia de San Antonio, emplazada donde, según dicen, se aparecía por las mañanas el Santo, de modo que se acabó abandonando el antiguo asentamiento en que se situaba la aldea en la baja Edad Media por el actual. Ni que decir tiene que la iglesia, de estilo marcadamente mudéjar, es el más destacado –por no decir único- monumento del caserío.

En plena travesía de la pedanía de Carboneras por una callejuela empedrada.

Tras un fuerte repecho la travesía torna descendente por una calle empedrada hasta que, a la salida de Carboneras, cruzamos un arroyo y encontramos, por fin, un tramo serio de ascenso. Hasta Aracena restan poco más de 3,5 km. de, ahora sí, constante subida.

Entre cerradas laderas, rala vegetación, la carretera enfila rectilínea sentido sur, hacia el pueblo. De inicio se suceden las rampas entre el 8-10% de pendiente sin tregua, aunque la tendencia a medida en que nos acerquemos a la N-433 es decreciente.

Los últimos kilómetros hasta Aracena serán de constante subida.

Un último repunte de la carretera nos deja en una primera rotonda con salida hacia Portugal –que obviamos- y en una posterior que nos introduce de lleno en Aracena donde podríamos dar por acabado el puerto y disfrutar de los múltiples encantos de esta “capital” serrana que otrora llegara a ostentar incluso el título de “Principado de Aracena” junto con territorios aledaños a cargo del Conde de Altamira.

Fruto de una historia milenaria y de profundas raíces en la prehistoria, Aracena es un crisol de culturas que se manifiesta en un sinnúmero de monumentos de diversa índole y variado estilo: el castillo de origen almohade, iglesias gótico-mudéjares, renacentistas, edificios civiles góticos, renacentistas, barrocos… que merecen a todas luces un paseo por sus calles y una visita detenida, dejando a un lado por unos momentos nuestra bicicleta.

Sin embargo, aparcamos la excursión momentáneamente, para rematar la ruta ciclista, ya que en las proximidades de la N-433 encontramos una antena –de cota más alta que la que tiene la entrada del pueblo- hasta la que trepa una carreterilla estrecha y, en este caso, en mal estado por desgracia, sobre todo al inicio: se trata del paraje conocido como El Cabezo.

Aunque la dura rampa inicial de El Cabezo se encuentra muy deteriorada, el resto no plantea más problemas que la fuerte pendiente.

Para llegar allí habremos de continuar en dirección Sevilla y, al poco, ya en la N-433, atravesar la carretera –hay que cuidarse muy mucho del tráfico- para poder prolongar el ascenso. Aunque en lamentable estado, la fotografía de Aracena que nos deja su descenso es inmejorable: frente por frente sobre el cerro del castillo, erigida sobre las ruinas de una antigua fortaleza islámica, admiramos los restos de una fortificación probablemente templaria, dentro de la cual se conserva una iglesia gótica-mudéjar –obra también de los templarios- de los ss. XIII-XIV, a cuyos pies se esparce el caserío de Aracena y, aunque no se muestra a la vista, bajo las centenarias ruinas de la fortificación se encuentra la “Gruta de las Maravillas”, caverna de origen natural con más de un kilómetro de longitud y con distintas salas, lagos y -¿cómo no?- estalactitas y estalagmitas que conforman unos techos de soberbia figura verdaderamente admirables. En el antro, según la leyenda popular, un duende y una molinera ocultaron sus amores, unos galanteos que desde 1914, año de su apertura al público, buscan sin recompensa cuantos visitantes se adentran en sus entrañas. Impera ya, pues, aparcar la bici y dejarse llevar por los encantos de Aracena… hasta las estrellas.

GALERÍA FOTOGRÁFICA.

Mapa:

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