Altimetrías

La Quesera, descubriendo la Sierra de Ayllón.

Estado del firme:****
Dureza:*
Volumen de tráfico:*
Consejos y sugerencias: además de disfrutar de una magnífica jornada ciclista por la zona, conviene no dejar de lado nuestra vertiente turista por los “pueblos negros” de Guadalajara.

Desde la cima de La Quesera disfrutamos del paisaje de alta montaña de la Sierra de Ayllón.

Paso natural entre las provincias de Guadalajara y Segovia, La Quesera es un puerto situado en la divisoria oriental del Sistema Central, más concretamente en la Sierra de Ayllón.
Lo cierto es que no nos ha defraudado lo más mínimo –que esté incluido en el listado CIMA suele ser buena referencia- este puerto, cuyos números no parecen nada del otro mundo a menos que, como consideran algunos, situemos su inicio en Majaelrayo, desde donde una sucesión interminable de repechos sirven de aperitivo para la subida final continua hasta el collado.
En cualquier caso, aunque nosotros ubiquemos el comienzo de la subida a poco más de 10 km. de la cima, hasta ese punto sólo podemos llegar por carreteras pajareras y recónditos parajes alejados de la civilización.

Transitaremos por recónditos parajes.

La última población que atravesaremos será precisamente la mencionada Majaelrayo, uno de los más notables ejemplos de la denominada “arquitectura negra” que predomina en la comarca y que le da un toque peculiar a las construcciones, al usarse la pizarra y la piedra local (evidentemente de color oscuro).
La parada para avituallarse -no hay que olvidar que hasta la siguiente población, Riaza, que está en la otra cara del puerto, hay unos 40 km. de constante tobogán- es obligada y la visita turística recomendable.
Centrándonos ya en la subida propiamente dicha, un puentecillo da inicio a un tramo de falso llano ascendente -roto por algún repecho aislado- paralelo a un arroyo donde abunda, como en casi todo el puerto, la vegetación con el predominio del pinar en las laderas que forman el valle.

Peculiares formas rocosas llaman nuestra atención en la parte baja del puerto.

Destacable, además, la visión de unas formaciones rocosas próximas a la carretera y de apariencia similar a lo que en la Sierra de Segura hemos visto con el nombre de “poyos”.
Concluye el falso llano con una curva de herradura a derechas donde la cuesta se situará rápidamente en pendientes próximas al 7%. Abandonar las profundidades del valle y apuntar las miradas hacia las cumbres de la Sierra de Ayllón es todo una misma cosa. La sensación de transitar por una zona de alta montaña será cada vez mayor, sobre todo si la nieve cubre las altas cimas que, en cualquier caso, carecen de la arboleda que prolifera en cotas más bajas.
Sin los sobresaltos de kilómetros previos al inicio, la carretera nos permitirá ir cogiendo un ritmo de “velocidad de crucero” e incluso ir aumentándolo paulatinamente, ya que la pendiente inicial cejará uno o dos puntos en su porcentaje.

Conviene no perder la mirada en la carretera y levantar la vista hacia el horizonte, porque el paisaje pronto nos regalas panorámicas de excepción.

No obstante, no conviene fijar la mirada en el suelo y pedalear como si no hubiera un mañana porque nos vamos a perder el espectáculo que nos rodea. Si queremos ponernos a prueba, la vertiente segoviana puede servirnos a tal efecto. Y es que son muchos los que piensan que estamos ante el puerto más hermoso de la comunidad castellano manchega… No nos atreveríamos nosotros a decir tal, sobre todo si tenemos en cuenta los colosos albaceteños, pero sí que estamos dispuestos a aceptar que rivalizaría con ellos en un “cara a cara”.

Sin sobresaltos la cuesta serpentea con las cumbres de la Sierra de Ayllón a nuestra derecha.

Varios recodos nos invitan a hacer un alto y detenernos junto a la carretera para respirar aire puro y embebernos de la tranquilidad, la belleza y la grandeza del entorno del puerto. La ausencia de tráfico ayuda al mejor disfrute del lugar.

El mundo se detiene en las rampas de La Quesera…

Una cerrada curva a derechas nos deja visión directa con la parte final del puerto, sus últimos dos kilómetros. A nuestra izquierda las montañas se alzan buscando el cielo y se hunden en las profundidades del valle. A la derecha la montaña se introduce en el Parque Natural del Hayedo de Tejera Negra.

Tercera y última curva de herradura, que nos destapa los kilómetros finales del puerto, siempre de agradable pendiente.

Antes de lo esperado coronamos el puerto ya que, aunque el collado natural se encuentra en la divisoria de provincias, el punto más alto lo encontraremos en un rellano previo donde un cartel de hermosa factura -los burucarteles han adquirido merecida fama entre los aficionados al cicloturismo- nos advierte de la consecución de nuestro objetivo.

La foto con el burucartel de la cima, toda una artesanal obra de arte, es obligada.

La parada junto al mismo y la fotografía son de obligado cumplimiento.

GALERÍA FOTOGRÁFICA.

Mapa:

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